Seguramente mucha gente haya oído hablar de los majestuosos dirigibles creados por la empresa Zeppelin a principios del siglo XX, pero. ¿Qué se pretendía exactamente con estos colosos del aire?
Creo que para empezar debemos remontarnos a algunas décadas atrás.


El verdadero artífice de estas hazañas fue el Conde Ferdinand von Zeppelin (1838-1917), un noble alemán  adelantado a su tiempo que vio en los globos aerostáticos, si no un arma, un medio de transporte del futuro.
Luego de múltiples peripecias en varias guerras decimonónicas (incluyendo la Guerra de Secesión estadounidense, donde por primera vez probó la valía de un globo como puesto de observación para la artillería), volvió a Alemania y prosiguió con su idea meditada de crear globos dirigibles.
Hay que reseñar que el Conde tuvo muchos fracasos, pero a pesar de ello nunca se rindio. La prueba fue el ascenso en dirigible que efectuó en el lago Constanza en julio de 1900.


Durante la I Guerra Mundial (1914-18) fueron empleados más de un centenar de dirigibles por el ejército y la marina alemanas, en tareas de reconocimiento (con un papel importante en la batalla de Jutlandia) para el bombardeo aéreo del territorio enemigo (los alemanes bombardearon varios puntos de Inglaterra en 1915-17). No obstante, su lentitud, tamaño y fragilidad los hacía muy vulnerables a la artillería antiaérea, una vez que ésta hizo su aparición, por lo que dejaron de emplearse para los bombardeos después del fracaso de un ataque sobre Londres en 1917.

El Conde von Zeppelin murió en 1917, no pudiendo ver el final de la Guerra y las duras imposiciones del Tratado de Versalles que significaron la clausura de su proyecto Zeppelin.
Años después, su discípulo Hugo Eckener se encargaría de proseguir su proyecto y sacarlo adelante a unos límites que ni el Conde hubiera nunca imaginado en vida.

Algunos de los aparatos construidos tuvieron que ser transferidos a Estados Unidos y el Reino Unido como pago por reparaciones de guerra. Dos paises que los incorporaron a sus Fuerzas Armadas y que, ironicamente, estrellaron todos. De los 5 dirigibles que Estados Unidos llegó a albergar en su Armada, solamente uno sobrevivió hasta la II Guerra Mundial: el USS Los Ángeles (ZR-3). Por razones varias, los demás acabaron teniendo accidentes con su respectiva pérdida de vidas humanas, superiores en comparación con el dirigible más famoso de todos.


El dirigible Hindenburg (LZ 129) fue construido en Friedrichshafen, en la frontera entre Alemania y Suiza. En esta poblacion a orillas del lago Constanza (escenario del primer ascenso de un Zeppelin) tenia la empresa su sede y además, fue el lugar de nacimiento de Zeppelin.

Efectuó su primer vuelo el dia 4 de marzo de 1936.

Sus caracteristicas tecnicas eran realmente impresionantes: 245 de largo X 41 de diámetro, 16 bolsas (14 de hidrógeno y 2 balones de aire) con una capacidad de 200.000  de gas, un empuje útil de 112 toneladas, gracias a cuatro motores diésel Daimler-Benz DB 602 de 1.200 CV. Alcanzaba una velocidad máxima de 135 km/h.
Realmente, se pretendía utilizar helio en vez de hidrógeno (no es inflamable y es más ligero). El problema era que en aquella época el único país que lo podía suministrar, Estados Unidos, decretó un embargo de este gas a la Alemania Nazi. 
Es irónico: no les vendían gas, pero dejaban que la nave con esvásticas en las aletas aterrizara en su territorio.

Estaba claro desde el principio que la nueva aeronave sería utilizada para viajes transoceánicos, ya fuera a Brasil o a EEUU. En estos dos países todavía se pueden ver los hangares que los alojaban en sus travesías y que hoy se encuentran en sendas bases aéreas, con lo cual su visita está bastante restringida. Hoy son Monumentos Nacionales.

Hangar de Zeppelin en la Base Aérea de Santa Cruz (FAB)      

Los hangares de la Base Naval de Lakehurst, NJ

Durante todo el año 1936 el Hindenburg efectuó numerosas salidas y participó en numerosos eventos: estuvo presente en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Berlín (sobrevoló el estadio minutos antes de que Hitler llegase al palco) y también estuvo en el encuentro nacionalsocialista de Nurenberg en Otoño.


Otro viaje que realizó lo desplazó por la costa Este de Estados Unidos llevando a bordo a personajes selectos de la sociedad estadounidense de la época, incluyendo a Rockefeller o a Hearst. Como fácilmente podemos deducir, el precio del billete para este crucero era bastante elevado.

El Hindenburg en Lakehurst 1936

El 3 de mayo despegó de Frankfurt con destino a Estados Unidos. Era un vuelo más y ya no despertaba mayor interés, exceptuando tal vez el hecho de que se trataba del primer vuelo de la temporada a América 
Sin embargo, este accidente se hizo muy famoso a raíz de la retransmisión radiofónica del periodista de la cadena WLS de Chicago Herbert Morrison, a quien el destino situó en la base de Lakehurst aquel 6 de mayo de 1937; nos dejó esta crónica de la explosión que reproducimos aquí debajo: 
Herbert Morrison

La narración de Morrison empezó normalmente, pero cambió de manera drástica cuando el dirigible comenzó a arder:

It's burst into flames! It's burst into flames and it's falling, it's crashing. … Get out of the way, get out of the way! Get this, Charlie, get this, Charlie! It's burning and it's crashing! It's crashing, terrible! Oh, my! Get out of the way, please! It's burning, bursting into flames and it's falling on the mooring mast, and all the folks between. Oh, this is terrible. This is the, one of the worst catastrophes in the world! Oh, my Jesus! … Oh, four to 500 feet into the sky. It's a terrific crash, ladies and gentlemen, it's smoke and it's flames, now, and the frame is crashing to the ground, not quite to the mooring mast. Oh, the humanity, and all the passengers screaming around here! I told you, I cannot talk to people ... I can't talk, ladies and gentlemen. Listen, folks, I'm gonna have to stop for a minute because this was the... the worst thing I've ever witnessed.



Traducción: ¡Explota en llamas! Explota en llamas y está cayendo, se está chocando... ¡Quítense de en medio, quítense de en medio!.¡Graba esto, Charlie [Charlie Nehlsen, el ingeniero que le acompañaba], graba esto, Charlie!. ¡Está ardiendo y se está chocando!. ¡Se está chocando, terrible!.¡Oh, mi ...! ¡Quítense de en medio, por favor!. ¡Está ardiendo, explotando en llamas y está cayendo sobre el mástil de amarre, y la gente alrededor!. Oh, esto es terrible. ¡Esto es la, una de las peores catástrofes en el mundo!. ¡Oh, Jesús mío!... Oh, entre 400 y 500 pies de alto [entre 120 y 150 metros]. Es una caída terrible, señoras y señores, hay humo y está en llamas, ahora, y la estructura está cayendo al suelo, no muy lejos del mástil de amarre. ¡Oh, la humanidad, y todos los pasajeros gritando alrededor!. No puedo hablarle a la gente... no puedo, señoras y señores. Escúchenme, voy a tener que parar durante un minuto porque esto fue lo... lo peor que he visto nunca.



El accidente del Hindenburg supuso el fin de la era de los grandes dirigibles como medio de transporte.

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